Ser como niños


Vivimos en una sociedad triunfalista. Pocos valen por lo que son, más bien se presta atención a los que hacen. La sociedad actual sólo acepta a los grandes, a los mejores, a los primeros.
Aunque esto no es nuevo. Leyendo mi Biblia encuentro una escena en la vida de Jesús junto a sus discípulos. Había una discusión bien plantada entre ellos, ya que Jesús continuamente les mencionaba el Reino que él había venido a instituir en este mundo. Así que ellos, acostumbrados a las jerarquías por méritos y prestigio, le plantearon al Señor esta cuestión:
¿Quién es el más importante en el reino de los cielos? Jesús llamó a un niño y lo puso en medio de ellos. Entonces dijo: Les aseguro que a menos que ustedes cambien y se vuelvan como niños, no entrarán en el reino de los cielos. Por tanto, el que se humilla como este niño será el más grande en el reino de los cielos. (Mateo cap. 18)
Si, el Señor Jesús solía dejar totalmente despistados a sus discípulos con estas “salidas” suyas. ¿Cómo, que un niño, ignorante, dependiente, sin educación terminada, sin experiencia, puede ser importante en el Reino de Jesús?

Es que la realidad de Dios es otra, es opuesta a los criterios de esta sociedad. Por eso, analizando las prerrogativas divinas para su Reino, es que me atrevo a explicarles porque Jesús demanda que tengamos la mente y el espíritu de un niño para poder estar en su Reino:

Los niños tienen INOCENCIA:
Que bueno sería volver a tener la inocencia de cuando éramos niños esto no significa ignorar lo las experiencias vividas, sino más bien relacionarnos con nuestros semejantes dejando de ver nuestras diferencias, evitando juzgarlos y aceptarlos tal cual son. “Mientras algunos ocultan su fragilidad, creyendo que es sinónimo de pequeñez y debilidad, Dios se vistió de humanidad en la persona de Jesucristo dando muestras de grandeza”
San Pablo a los Filipenses cap.2
La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús, quien, siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de servidor y haciéndose semejante a los seres humanos. Y al manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz! Por eso Dios lo exaltó hasta lo sumo y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre.

Los niños tienen SINCERIDAD Y PUREZA:
Luego de años enfrentando situaciones dolorosas y difíciles, somos propensos a formar sobre nosotros una careta, una coraza que nos aísla de la gente, porque no mostramos sinceridad en nuestros comportamientos. Es necesario ser como lo niños, limpios por dentro de toda maldad y falsedad, de hipocresía y superficialidad e irradiar sinceridad y pureza.
Nuestras actitudes son el reflejo del alma, si estamos bien por dentro, somos capaces de estar bien con los que nos rodean.
Salmo 51
Ten compasión de mí, oh Dios, conforme a tu gran amor; conforme a tu inmensa bondad, borra mis transgresiones. Lávame de toda mi maldad y límpiame de mi pecado. Yo reconozco mis transgresiones; siempre tengo presente mi pecado. Contra ti he pecado, sólo contra ti, y he hecho lo que es malo ante tus ojos; Yo sé que tú amas la verdad en lo íntimo; en lo secreto me has enseñado sabiduría. Purifícame y quedaré limpio; lávame, y quedaré más blanco que la nieve. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva la firmeza de mi espíritu.

Los niños tienen CONFIANZA:
Con qué paz descansa un niño en los brazos de su madre… Nada le preocupa, duerme profundamente, porque sabe en brazos de quien está y que velan por sus sueños. Todas nuestras preocupaciones podemos dejárselas a Dios, ya que con un corazón herido no podremos disfrutar la vida
Salmo 143
Por la mañana hazme saber de tu gran amor, porque en ti he puesto mi confianza. Señálame el camino que debo seguir, porque a ti elevo mi alma. SEÑOR, líbrame de mis enemigos, porque en ti busco refugio. Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios. Que tu buen Espíritu me guíe por un terreno sin obstáculos.

Los niños tienen NOBLEZA:
Los niños suelen pelearse cuando juegan, se enojan y se separan disgustados. Sin embargo en pocos minutos reanudan sus juegos sin guardar resentimiento por lo que pasó unos minutos atrás. De esa manera es que necesitamos vivir, abundando en perdón y amor a nuestros seres queridos. Esto nos ayudará a disfrutarlos y valorar sus vidas, antes de partan de este mundo y nos lamentemos luego de no haberlo practicado. “Perdonar es liberar a un prisionero, para luego entender que ése prisionero eras tú mismo”.
Jesús en Mateo 6, recitando el “Padre Nuestro”
Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del maligno. Porque si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial. Pero si no perdonan a otros sus ofensas, tampoco su Padre les perdonará a ustedes las suyas.

Los niños VIVEN PRESENTE:
¿Viste alguna vez a un niño preocupado por el futuro? Qué sencilla es la vida y que felices son los niños, ni se preocupan por lo que pasó ni ayer ni mucho menos por lo que pasará mañana, simplemente viven el tiempo presente. Lloran, ríen, juegan, descansan, comen, viven felices. El futuro sólo está en manos de Dios. Ni los brujos, ni los adivinos, ni las cartas, ni el horóscopo podrán regalarnos la paz que solo Dios desea darnos los próximos días, si vivimos confiados y en unión con El.
Jesús dando un discurso en Mateo 6 dice:
Así que no se preocupen diciendo: "¿Qué comeremos?" o "¿Qué beberemos?" o "¿Con qué nos vestiremos?" Porque los que no creen en Dios andan tras todas estas cosas, y el Padre celestial sabe que ustedes las necesitan. Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas. Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas.

Finalmente, puede surgir la pregunta: ¡Como puedo volver a esa inocencia, tan valorada por Dios y que puede devolverme la paz y la felicidad a mi vida? Dios no puede borrar tu historia terrenal, pero puede transformar tu interior, para que la vida cobre otra dimensión.
Dios tiene poder para transformar nuestras vidas porque con ese mismo poder resucitó de los muertos a Jesús, luego de haber hecho el sacrificio para limpieza de nuestros pecados. Es que ese pecado que Dios puede borrar de nosotros es el que hoy nos oprime y no nos deja vivir con la frescura de un niño.
Si busca esa paz, o si la perdió por alejarse de Dios, hoy puede tenerla si le pide perdón y vuelve a estar unido con El.
“Si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo! Todo esto proviene de Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo “ (2 Corintios 5)

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