Preparado


Lo primero que hago cuando compro un auto y ya lo tengo en casa es revisar la parte de la rueda de auxilio y el crique o “gato” como le decimos en la Argentina
Papá me enseñó que es muy importante esa operación, porque no hay nada más desequilibrante para un conductor que pinchar una goma, no?. Entonces si a eso añadimos que el auxilio no está inflado o que no sabemos cómo usar el gato, estamos en graves problemas. Más de una vez ocurrió que una persona no pudo cambiar la cubierta pinchada porque no sabía cómo usar el gato o ni siquiera sabía dónde estaba…
Por eso, la prevención y la prudencia son elementos tan importantes para la vida. Es que vivimos en un mundo imperfecto. Imperfecto por las personas que cometemos torpezas, malas acciones y errores que encadenan perjuicios no solo para los que lo realizan sino para los que nos rodean. Imperfecto porque hay enfermedades catástrofes, plagas y otras cosas que tememos. Imperfecto porque es el resultado de habernos apartado de la voluntad de Dios y haber desoído sus mandamientos.

Así que en este mundo imperfecto, muchas veces no topamos con imprevistos que nos alteran y nos hacen ver que limitados estamos, y con cuando cuidado debemos andar.
Claro que no podemos planear la solución para nuestros problemas antes que aparezcan, ellos nos sorprenden a nosotros a cada momento.
Pero podemos hacer algo para que el impacto de los problemas no sea tan grande sobre nosotros.
Es buscar sabiduría, prudencia e inteligencia para afrontarlos. Es buscar también a quien siempre esté dispuesto a ayudarnos en esos momentos de tención.
Ahí aparece Dios, fuente de toda sabiduría y de toda prudencia. Es sabe por donde guiarnos y llevarnos para salir de nuestros líos.
Sin embargo, para muchas personas, Dios no es lo mejor para sus problemas. Suelo escuchar: “Cuando me vi en apuros, le pedí a Dios y no me respondió”, o “Hice los rezos que me dijeron y no pasó nada”, o “Dios se olvidó de mi porque pedimos y parece que se hizo el sordo”.
Ahí es donde yo digo que sentimos el sabor amargo de haber ignorado a Dios en nuestra vida y habernos acordado de el solo egoístamente.
Es como el caso del gato en el auto. No nos acordamos de el , hasta que surge la dificltad.
Por eso es tan importante conocer a Dios a tiempo, para que cuando vengan loas problemas, Dios sea naturalmente el lugar a donde vamos a buscar ayuda y sabemos que la vamos a encontrar.
Es como el conductor que tranquilo se baja del auto a cambiar la cubierta: Sabe donde esta el gato, sabe usarlo y pronto seguirá viaje.
Dios no responde porque si. No funciona que le recemos desesperadamente, cuando en la vida diaria lo ignoramos. Y aunque el muchas veces responde por compasión y bondad, porque el el todo amor, no podemos pretender que sea siempre así, porque nosotros, como seres humanos tampoco funcionamos así.
Imaginemos que quiero mudarme de casa. Empiezo a sacar los muebles y utensilios de la vivienda y veo un señor desconocido que pasa por la puerta. Entonces si me dirijo a el y le digo: Eh, señor , ayúdeme a cargar los muebles, lo más probable que ese señor me diga: Y a vos quien te conoce?. Como te atreves a hacerme un pedido así si nunca nos vimos?
Así funciona Dios, y no porque sea injusto, sino porque es una persona y como tal espera respeto y consideración de sus criaturas. Cuantas veces recibe pedidos de gente que nunca quiso relacionarse con él y esa gente siente que Dios no contesta. Esa es la consecuencia natural de la falta de comunión y acercamiento que Dios espera de sus criaturas.

La Biblia dice en el Salmo 145:
El SEÑOR es justo en todos sus caminos y bondadoso en todas sus obras. El SEÑOR está cerca de quienes lo invocan, de quienes lo invocan en verdad. Cumple los deseos de quienes le temen; atiende a su clamor y los salva.

Que bueno sería que cada uno de nosotros conociéramos al que es dador de toda ayuda y bendición, pero que lo conociéramos por que lo amamos y lo estimamos y no porque vamos en su búsqueda solo por interés.
Un farmacéutico, muy escéptico a la Biblia, recibió un ejemplar de la misma como regalo de navidad de parte de un amigo.
Tenela en la farmacia, le dijo su amigo, en las noches de turno, podes leerla, mientras pasan las horas de guardia. Esto le decia con la esperanza que la lea en algún momento.
Entonces antes de despedirse, el amigo le leyó al farmacéutico este párrafo del

Salmo 51:
Invócame en el día de la angustia; yo te libraré y tú me honrarás.»
El profesional escuchó con respeto y despidió a su amigo. Dejó la Biblia abierta en ese lugar y fue a atender a un cliente. Era un joven que pedía un medicamento para su madre . El farmacéutico le entregó la droga , el cliente pagó y se retiró en la soledad de la noche.
Cual fue su sorpresa cuando descubrió que se había equivocado de medicamento. Seguramente, pensó si la persona enferma toma esta droga se descompensará y morirá.
Desesperado salió a la calle a ver si localizaba al cliente pero solo encontró la calle desierta.
Sin saber que hacer , corrió adentro de la farmacia y cayendo al suelo de rodillas clamó llorando: Dios lei recién que si te llamamos en la angustia nos vas a responder. Por favor, ayudame, no quiero dañar a esa persona
Mientras seguía llorando de angustia, escucha que llaman a la puerta otra vez. Sale a atender y encuentra al joven que había llevado la droga equivocada. Le dice: Señor, a pocas cuadras de aquí, se me cayo el paquete con la droga y se me rompió el frasco. Necesito que me de un nuevo envase.
No podemos entender la emoción del hombre cuando vió contestada su oración inmediatamente. Después de despachar correctamente el medicamento, llamó a su amigo para contarle la experiencia. El cristiano le hizo ver algo que dice el texto bíblico: Te libraré Y TU ME HONRARÁS.
Dios quiera que busques a Dios en la quietud de tu vida, para que cuando llegue la angustia, estés preparado para enfrentarla con el más fiel y sabio amigo y salvador.

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