Superman
El superhéroe de historietas fue creado en 1938 por Jerry Siegel y Joe Shuster, dos jóvenes guionistas y dibujantes que ya llevaban varios años creando personajes de ciencia ficción. Supereman apareció por primera vez como lo conocemos en una historieta o comic en una publicación norteamericana llamada Action Comics #1..
Han trascurrido muchos años y aún hoy, y a través del comic, las series televisivas y el cine, sigue representando una fuerza del bien absoluta. Su código moral le impide matar a nadie y siempre antepone la seguridad y bienestar de quienes le rodean a la suya propia.
Es capaz de realizar las más increíbles proezas físicas: levantar coches, volar a la estratosfera, detener una locomotora, repeler balas…
Viste con un atuendo azul con mallas, una capa roja, pantalón rojo y un escudo con una S en el pecho. Alto y fuerte, nada tenía que ver con su tímida personalidad pública, ya que en la vida diaria trabaja de reportero del Daily Planet: Es Clark Kent, un joven criado por campesinos que vino en una capsula espacial, escapando de la explosión de su planeta Kriptón..
Como Siegel y Shuster eran judíos, dicen que quisieron representar la historia infantil de Moisés, cuando es salvado de una muerte segura por sus padres, quienes lo colocan en una canasta en el río. Aparecen otros elementos judíos, como por ejemplo el nombre kryptoniano de Superman, Kal-El, que se parece a las palabras hebreas “voz de Dios.”
Héroes míticos de las tradiciones de muchas culturas influyeron sobre el personaje, incluyendo a Hércules y Sansón.
También está inspirado en Golem que es un ser mítico creado en las leyendas para proteger y servir a los judíos que eran perseguidos en el siglo 16 en Praga y cuyo concepto revivió en la cultura popular como referencia a su sufrimiento a manos de los nazis en Europa durante las décadas de 1930 y 1940.
Un factor que influyó en las primeras historias de Superman fue el contexto social en que nació: la Gran Depresión que sufríó la sociedad norteamericana en la década del 30. Crearon «una figura inmigrante cuyo deseo era ajustarse en la cultura estadounidense como un estadounidense»,
Superman personificaba y amalgamaba tres temas separados y distintos entre sí: el visitante de otro planeta, el super humano y la doble identidad.
Es increíble como este comic impactó en la sociedad, de manera que en el tercer número de esta revista, se llegaron a vender 500.000 ejemplares.
La razón no es demasiado oculta al análisis del comportamiento humano. El hombre desde siempre buscó una fuerza superior que lo protegiera, porque reconocía sus limitaciones, y entonces inventó dioses, inventó el olimpo, inventó a superman, incluso al Chapulín Colorado y a Mr. Músculo.
Como humanos tenemos necesidades que trepan distintas jerarquías y para todas ellas buscamos recursos y salidas.
Los griegos que conoció Pablo en el cap. 17 del libro de los Hechos de las Apóstoles, en la Biblia, habían creado dioses para distintas cosas y hasta uno que habían llamado “El Dios no conocido”
(Hechos de los Apóstoles cap. 17)
Pablo…le dolió en el alma ver que la ciudad estaba llena de ídolos. Así que discutía en la sinagoga con los judíos y con los griegos que adoraban a Dios, y a diario hablaba en la plaza con los que se encontraban por allí. Algunos filósofos epicúreos y estoicos entablaron conversación con él. Unos decían: «¿Qué querrá decir este charlatán?» Otros comentaban: «Parece que es predicador de dioses extranjeros.» Decían esto porque Pablo les anunciaba las buenas noticias de Jesús y de la resurrección. Entonces se lo llevaron a una reunión del Areópago.
—¿Se puede saber qué nueva enseñanza es esta que usted presenta? —le preguntaron—. Porque nos viene usted con ideas que nos suenan extrañas, y queremos saber qué significan.
Es que todos los atenienses y los extranjeros que vivían allí se pasaban el tiempo sin hacer otra cosa más que escuchar y comentar las últimas novedades. Pablo se puso en medio del Areópago y tomó la palabra:
—¡Ciudadanos atenienses! Observo que ustedes son sumamente religiosos en todo lo que hacen. Al pasar y fijarme en sus lugares sagrados, encontré incluso un altar con esta inscripción:
A UN DIOS DESCONOCIDO.
Pues bien, eso que ustedes adoran como algo desconocido es lo que yo les anuncio.
El Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él es Señor del cielo y de la tierra. No vive en templos construidos por hombres, ni se deja servir por manos humanas, como si necesitara de algo. Por el contrario, él es quien da a todos la vida, el aliento y todas las cosas. De un solo hombre hizo todas las naciones para que habitaran toda la tierra; y determinó los períodos de su historia y las fronteras de sus territorios. Esto lo hizo Dios para que todos lo busquen y, aunque sea a tientas, lo encuentren. En verdad, él no está lejos de ninguno de nosotros, "puesto que en él vivimos, nos movemos y existimos" . Como algunos de sus propios poetas griegos han dicho: "De él somos descendientes."
Por tanto, siendo descendientes de Dios, no debemos pensar que la divinidad sea como el oro, la plata o la piedra: escultura hecha como resultado del ingenio y de la destreza del ser humano. Pues bien, Dios pasó por alto aquellos tiempos de tal ignorancia, pero ahora manda a todos, en todas partes, que se arrepientan. Él ha fijado un día en que juzgará al mundo con justicia, por medio del hombre que ha designado. De ello ha dado pruebas a todos al levantarlo de entre los muertos.
Todos somos consientes de nuestras debilidades y buscamos tener un poder superior para resolver nuestros problemas. La figura de alguien superior no escapa a ninguna mente humana, por eso siempre habrá superhombres en nuestra mente.
Sin embargo esto no es anormal. Dios ha puesto esa conciencia dentro nuestro para buscar ayuda en un ser superior, alguien que puede rescatarnos.
Necesitamos un poder superior para que nos libre de todos esos enemigos internos, incluso para darnos poder para enfrentar nuestras propias pasiones.
Jesús aparece en escena en la vida de los judíos en plena depresión nacional. Estaban esclavos de los romanos, pobres y sufriendo mucha opresión.
La gente mal interpretó esa oferta ayer y lo vió como un libertador nacional o personal de sus conflictos. Pero Jesús ofrece más que eso. Incluso hoy. El dice: “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia.”
El quiere librarnos de nuestros miedos, de nuestra soledad, de nuestras insatisfacciones.
Puede hacerlo. Tiene poder. Lo demostró cuando se entregó a morir como el único sacrificio por el pecado que Dios aceptaba. Y selló ese proceso cuando resucitó de la tumba y hoy vive como el único intercesor entre Dios y el hombre y como su único Salvador. La resurrección, que fue tan comentada días atrás es el sello de nuestra fe.
Pablo escribiendo a los Romanos cap.1
No me avergüenzo del evangelio, pues es poder de Dios para la salvación de todos los que creen
De hecho, en el evangelio se revela la justicia que proviene de Dios, la cual es por fe de principio a fin, tal como está escrito: «El justo vivirá por la fe.»
Te invito que busques en Jesús ese poder transformador y hoy mismo le pidas que obre en tu vida, dejando tu estilo de vida sin Dios y acercándote a Él por fe
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