Para mantenerse, Trabajaba de secretaria ejecutiva en el banco Texas Bank and Trust, pero nunca se propuso ser inventora, lo que finalmente fue.
Ella sólo intentaba solucionar los problemas que le provocaba su poca experiencia en mecanografía, especialmente con el problema que generaba la cinta de las modernas máquinas de escribir eléctricas de ese entonces. Esta cinta carbonosa provocaba una mancha horrible sobre el papel cuando se intentaba borrar errores con los medios convencionales. Nunca imaginó que su frustración llevaría a que se convirtiera en una de las mujeres más famosas dentro de los inventores del siglo 20.
Batallando cada día con los borrones provocados por sus errores de mecanografía, llegó a una conclusión brillante que luego plasmó en un invento revolucionario.
Como le gustaba pintar cuadros, estaba familiarizada con el uso de pinturas y pinceles y tenía habilidad para manejarlos. Ella comentó una vez, respecto de su experiencia inventiva: “Cuando un artista está pintando, nunca corrige sus errores borrando, sino que siempre pinta encima del error. Así que decidí usar lo que los artistas usan. Puse un poco de pintura blanca al agua en un frasco, tomé mi pincel de acuarelas y lo llevé a mi oficina. Utilicé eso para corregir mis errores”.
En secreto, Bette utilizó su pintura correctora durante cinco años, haciéndole algunas mejoras con el asesoramiento del profesor de química de la secundaria de su hijo. Algunos de sus jefes la censuraban por utilizar ese producto, pero con frecuencia sus compañeros de trabajo le pedían su “pintura correctora”.
Cuando tenía 32 años convirtió su cocina en un laboratorio, debido a la demanda de líquido corrector de sus compañeros y amigos.
Con el tiempo comenzó a comercializar su notable producto para errores con máquinas de escribir eléctricas con el nombre de “Mistake Out” (fuera errores) en 1956. El nombre fue cambiado después por el de Liquid Paper cuando formalizó su propia compañía.
La compañía progresó notablemente y en pocos años Bette amasó una fortuna.
A partir de la riqueza obtenida, Nesmith creó dos fundaciones para ayudar a las mujeres solas a encontrar nuevas maneras de ganarse la vida.
En 1979 vendió Liquid Paper a la Corporación Gillette en $47 millones de dólares. En ese tiempo, su compañía empleaba 200 personas y producía 25 millones de frascos de Liquid Paper al año.
Bette Nesmith murió en 1980, a la edad de 56 años, en Richardson, Texas.
El ejemplo de esta mujer emprendedora nos enseña una gran lección de vida. Muchas veces nos “ahogamos en un vaso de agua” cuando los problemas asoman a nuestra vida. Parece que todo se viene abajo y que no hay salida aparente.
Sin embargo Dios nos ha dotado a cada uno de nosotros de capacidades extraordinarias que suelen aparecer en momentos de crisis. Todos tenemos algo de extraordinario, porque somos Individuos, seres exclusivos, creación de Dios
Y cuando encontramos la solución a nuestros inconvenientes, no solo somos felices porque los superamos sino para que también podemos ser de apoyo y ayuda a muchos que están pasando por las mismas dificultades…
Así nos pasa cuando tenemos fe, frente a los problemas de la vida y a los desafíos que se nos presentan, Dios nos da la capacidad de afrontarlos y salir exitosos de ellos. Gracias a Dios porque siempre nos acompaña. Mirá cómo se resume todo esto en esta parte de la Biblia, salmo 103
Alaba, alma mía, al Señor; alabe todo mi ser su santo nombre. Alaba, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él colma de bienes tu vida y te rejuvenece como a las águilas. El Señor hace justicia y defiende a todos los oprimidos. El Señor es clemente y compasivo, lento para la ira y grande en amor.
Tan compasivo es el Señor con los que le temen como lo es un padre con sus hijos. Él conoce nuestra condición; sabe que somos de barro. El amor del Señor es eterno y siempre está con los que le temen; su justicia está con los hijos de sus hijos, con los que cumplen su pacto y se acuerdan de sus preceptos para ponerlos por obra.
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