Cuando los equipos salen a la cancha en un partido por el campeonato mundial de futbol junto con las banderas de los respectivos países, un grupo de niños y jóvenes extienden una bandera amarilla con la leyenda: Fair Play que viene a representar a la deportividad en el juego
La deportividad se puede definir como la actuación correcta y educada que se debe observar en todo deporte y forma parte fundamental del fútbol. Representa las consecuencias positivas de jugar según las reglas, usar el sentido común y respetar a los compañeros, árbitros, rivales y aficionados.
Desde 1997 la FIFA dedica cada año una semana de su calendario internacional a elogiar y promocionar el espíritu del juego limpio. El juego limpio se reconoce y recompensa también en todas y cada una de las competiciones de la FIFA. El Premio Fair Play se concede al equipo que haya hecho gala de mayor deportividad durante el campeonato.
El galardón suele recaer en individuos o grupos que normalmente no gozan de gran relevancia o popularidad en la prensa ni entre el público.
Un ejemplo de deportividad fue el del jugador italiano Paolo Di Canio que, aunque no fue premiado, fue felicitado en muchos estamentos del fútbol mundial por la muestra notable de juego limpio que protagonizó.
Se produjo en un partido entre el West Ham United, donde jugaba Di Canio, y el Everton. El arquero del Everton se lesionó una pierna cuando salía a tapar a un compañero de Di Canio que avanzaba por la derecha, cayendo desplomado al suelo y dejando la valla desprotegida. Di Canio al darse cuenta de este hecho, en vez de marcar el gol más fácil de su carrera, tomó la pelota con las manos cuando recibió el pase del delantero y permitió así que se parara el juego para que atendieran al arquero .
Este suceso puede verse en You Tube si se busca como : “Di Canio Fair Play”
Lamentablemente, si buscamos en la Internet videos de Fair Play, vamos a encontrar muy pocos comparados con los de jugadas agresivas o peleas originadas en el juego. Pero sostengo que debemos hacer incapié en la promoción y progreso del juego limpio , que involucra a todos los actores del deporte, desde los jugadores hasta el público que presencia el espectáculo. Alguien dijo con buen criterio que tal cómo jugamos , tal somos en la vida…
Alguno de los preceptos del Fair Play son los siguientes:
Juega limpio
La victoria pierde su valor si no se conquista de forma honesta y justa. Engañar es fácil, pero no aporta nada. Para jugar limpio se necesita coraje y carácter.
Juega a ganar, pero acepta la derrota con dignidad
Cualquier partido tiene por finalidad la victoria. A veces se gana, a veces se pierde. Aprender a perder con una sonrisa es un triunfo del carácter. La afición respeta más a los buenos perdedores que a los malos ganadores.
Acata las Reglas de Juego
Todos los juegos necesitan reglas que los guíen. Sin reglas, reinaría el caos. Las reglas resultan odiosas para el que no juega limpio.
Respeta a los adversarios, a los compañeros, a los árbitros y a los espectadores
El respeto forma parte del juego. Los rivales tienen los mismos derechos que cada uno de nosotros, incluido el derecho a ser respetados .Los árbitros están en el campo para mantener el orden y el juego limpio.
Rechaza la corrupción, las drogas, el racismo, la violencia, las apuestas y otros males que representan una amenaza para nuestro deporte
Todos estos males pervierten el verdadero propósito del juego que es esparcimiento y diversión
Utiliza el fútbol para mejorar el mundo
Esta poderosa plataforma promueve la paz, la igualdad, la salud y la educación para todos. Genera y exalta las virtudes de cada persona
El Señor Jesús habló de jugar limpio en la vida y dijo además que Dios premia el que no solo cumple las reglas, sino que no hace trampas. Acá está lo que él dijo de aquellos que juegan limpio en la vida:
(Palabras de Jesús en Mateo cap. 5)
Dichosos los que tienen espíritu de pobres, los que ponen su confianza no en los bienes materiales sino en Dios porque de ellos es el reino de los cielos.
Dichosos los que sufren, porque serán consolados.
Dichosos los humildes, porque heredarán la tierra prometida.
Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque serán satisfechos.
Dichosos los compasivos, porque Dios tendrá compasión de ellos.
Dichosos los de corazón limpio, porque verán a Dios.
Dichosos los que trabajan por la paz, porque Dios los llamará hijos suyos.
Dichosos los perseguidos por hacer lo que es justo, porque de ellos es el reino de los cielos.
Dichosos ustedes, cuando por hacer esto los ataquen con toda clase de mentiras.
Alégrense, estén contentos, porque van a recibir un gran premio en el cielo;
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