Karate Kid


Si alguna vez te sentiste con baja estima y notaste que las personas a tu alrededor son más hábiles que vos y encima, te miran con desprecio, te tiene que encantar la película Karate Kid.
Se trata de un adolescente llamado Daniel que se muda a una nueva ciudad y encuentra que entre sus compañeros de clase, hay algunos que son belicosos, y buscan pleitos continuamente, en especial porque la ex novia del cabecilla de ellos empieza a charlar con el recién llegado. Sumemos a eso que son hábiles karatecas y frecuentemente Daniel recibe una paliza porque los enfrenta cuando ellos se burlan. Un día, cuando están por darle otra paliza los matones, el casero de los departamentos donde vive un anciano japonés, sale a defenderlo y saca corriendo a los agresores. Daniel descubre así que el señor Miyagi en un gran maestro de Karate. Daniel se hace su amigo y le pide que le enseñe el arte marcial. Pero en vez de aprender a aplastar a los malos, en su primer día de clase de Karate es obligado a hacer trabajos de mantenimiento para el Sr. Miyagi: pule los pisos, encera su colección de automóviles, pinta una interminable cerca. Así transcurren los días y Daniel no vé nada de Karate en todas esas actividades de mantenimiento

Pronto Daniel se cansa de tanto trabajo totalmente ajeno a lo que él quería aprender y enfrenta al Sr. Miyagi, reprochándolo.
Entonces el anciano accede a la primera lección de karate que tanto desea
Daniel se da cuenta durante la lección que Miyagi no hace otra cosa que aplicar todos los movimientos que él hacía mientras trabajaba en mantenimientos «encerar y desencerar», «pintar la cerca, de arriba abajo» y «pule el piso» A través de esos sencillos movimientos aprende a bloquear puñetazos y patadas.
Sin saberlo, estuvo aprendiendo lecciones valiosas todo el tiempo en que aparentemente solo estaba haciendo tareas domésticas para su Jefe
Algunas veces, así nos pasa también con nosotros. Pasamos día tras día en nuestra rutina y sentimos que nada especial ocurre y nada se transforma. Sentimos que no estamos yendo a ningún lado. Nos estamos estancando en una serie de actos repetidos y aburridos. Pero un día nos damos cuenta que DIOS nos ha estado enseñando desde el primer momento, actos básicos para salir adelante.
Pienso en algunos personajes bíblicos: José. Mientras estuvo injustamente preso en la cárcel egipcia, el guardia lo puso a cargo de todos los prisioneros. Es probable que las habilidades que José aprendió allí lo ayudaran finalmente a administrar toda la tierra de Egipto años más tarde (Génesis 41:39-43).
¿Y Moisés? Moisés pasó 40 años como pastor. En esos años su mente se habrá sentido adormecida por un trabajo tan. Nunca se imaginó que el pastoreo de esas ovejas lo estaba preparando para la enorme tarea de ser caudillo de los israelitas a través del desierto hacia la Tierra Prometida (Hechos 7:30, 36).
¿Cómo es tu vida? ¿Aburrida? ¿Rutinaria? ¿Alguna vez te preguntaste para qué sirve todo eso? Te animo a que sigas adelante… Sea cual sea tu trabajo, hacelo de todo corazón y con todo entusiasmo. Tal vez Dios te esté preparando para una tarea especial a través de la rutina diaria.
Colosenses 3:17 dice

“ Y todo lo que hagan, de palabra o de obra, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él.”
DIOS te está enseñando algo. ¿Estás dispuesto a aprender?

“Quien se burla de la instrucción tendrá su merecido; quien respeta el mandamiento tendrá su recompensa”
PROVERBIOS 13:13

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