Sana Influencia
En el 2011 falleció a la edad de 81 años, Norio Ohga, ex-presidente de Sony e impulsor de la alianza de su compañía con Philips para el desarrollo de la unidad óptica compact disc (CD) cuyas primeras unidades se comercializaron en 1982.
Amante de la música clásica, cuando las dos compañías mencionadas establecían el estándar tecnológico del Compact Disk, Norio Ohga presionó a los técnicos para que el CD tenga 12 cm de diámetro y asi poder almacenar 72 min de música, suficientes para contener la novena sinfonía de Beethoven, su favorita. Él quería que esa pieza famosa pudiera escucharse desde un solo dispositivo de audio y no en 4 o más, como estaba acostumbrado.
La influencia del músico sobre este hombre hizo que la tecnología más avanzada en su momento, llevara su marca. ¡Lo que puede hacer una influencia en una persona!. La inspiración de Beethoven alcanzó a la más alta tecnología en almacenamiento de música.
Nosotros cada día ejercemos algún tipo de influencia poderosa en las personas que nos rodean. Empezando por nuestros hijos, amigos y nuestro entorno familiar en general y llegando a veces a pequeños hechos circunstanciales de nuestra vida, actitudes y experiencias dejan marcas en cada persona que influyen en su vida y conducta.
Luchamos para que las cosas malas de nuestra cultura no se peguen en nuestros amados y a veces parece que ese esfuerzo es inútil ante gigantes como la ignorancia, la vagancia y la indiferencia en la que vivimos.
Pero nuestra convicción sobre lo que nos parece bueno y justo ganará al fin la batalla. Para eso no debemos bajar los brazos. Inspiremos a los nuestros desde nuestra actitud.
Un ejemplo lo tenemos en el Areópago, que era un tribunal superior que funcionaba en majestuoso edificio en la antigua Atenas. A ese lugar fue invitado un hombre insignificante para el cumulo de sabios y filósofos que ahí discutían cada día . Era un judío convertido al Cristianismo, Saulo de Tarso, a quienes por su estatura, tal vez, apodaron “el chiquito” o Pablo. Le pidieron que exponga su prédica, no tanto por darle importancia, sino más bien para alimentar su sed de conocer y hablar cada día algo nuevo. El se paró ante los sabios, la cresta de la ola en filosofía en ese momento y dio un pequeño discurso. Dijo que él representaba a un Dios desconocido para ellos, pero que era ni más ni menos que el Creador del mundo. La humanidad ha vivido de espaldas a Él ignorándolo y así Dios tendrá que juzgar a cada unbo según sus actos. Pero amando profundamente a sus criaturas, les daba la oportunidad de arrepentirse de sus vidas rebeldes a Dios y creer en Jesús y su sacrificio redentor para ser salvos del juicio. Cuando terminó su discurso, algunos se burlaron, otros postergaron su decisión y otros, creyeron ese mensaje.
Hoy, el edificio y los altares de los dioses que veneraban los griegos y su cultura, están en ruinas, saqueados o quemados. Sin embargo, el mensaje de Pablo, sigue intacto y continua difundiéndose, llevando esperanza a todo el mundo.
Esto nos habla que cuando estamos bien afirmados en la verdad, no tenemos que temer del escenario social en que nos toque vivir ni de los resultados inmediatos. La influencia sobre las personas en tales condiciones será beneficiosa y perdurará.
De eso estoy convencido y por eso persevero en compartir mi fe cada día con los que me rodean. Los invito a desarrollar esa fe, a partir de hacer la paz con Dios y confiar en el sacrificio de Jesús por nosotros, como único camino al Padre celestial.
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