Lisiado


Cito un párrafo de la Biblia, en el antiguo testamento, libro segundo de Samuel, capitulo 9:

El rey David averiguó si había alguien de la familia de Saúl a quien pudiera beneficiar en memoria de Jonatán, y como la familia de Saúl había tenido un administrador que se llamaba Siba, mandaron a llamarlo.
Cuando Siba se presentó ante David, éste le preguntó: —¿Tú eres Siba? —A las órdenes de Su Majestad —respondió. —¿No queda nadie de la familia de Saúl a quien yo pueda beneficiar en el nombre de Dios? —volvió a preguntar el rey. —Sí, Su Majestad. Todavía le queda a Jonatán un hijo que está inválido de ambos pies —le respondió Siba. —¿Y dónde está? —En Lodebar. Entonces el rey David mandó a buscarlo. Cuando Mefiboset, que era hijo de Jonatán y nieto de Saúl, estuvo en presencia de David, se inclinó ante él rostro en tierra.
—¿Tú eres Mefiboset? —le preguntó David. —A las órdenes de Su Majestad —respondió. —No temas, pues en memoria de tu padre Jonatán he decidido beneficiarte. Voy a devolverte todas las tierras que pertenecían a tu abuelo Saúl, y de ahora en adelante te sentarás a mi mesa.
Mefiboset se inclinó y dijo: —¿Y quién es este siervo suyo, para que Su Majestad se fije en él? ¡Si no valgo más que un perro muerto!
Pero David llamó a Siba, el administrador de Saúl, y le dijo: —Todo lo que pertenecía a tu amo Saúl y a su familia se lo entrego a su nieto Mefiboset.
Te ordeno que cultives para él la tierra y guardes la cosecha para el sustento de su casa. Que te ayuden tus quince hijos y tus veinte criados.
En cuanto al nieto de tu amo, siempre comerá en mi mesa.
—Yo estoy para servir a Su Majestad. Haré todo lo que Su Majestad me mande — respondió Siba.
A partir de ese día Mefiboset se sentó a la mesa de David como uno más de los hijos del rey. Toda la familia de Siba estaba al servicio de Mefiboset, quien tenía un hijo pequeño llamado Micaías.
Tullido de ambos pies, Mefiboset vivía en Jerusalén, pues siempre se sentaba a la mesa del rey.

Este párrafo de la Biblia tiene más de 3000 años y sin embargo guarda concordancia con las demandas de derechos humanos de la actualidad. Hay un hombre que quedó lisiado de ambas piernas de pequeño, y que nunca llegó a ser príncipe por la muerte repentina y caída del reino de su abuelo, Saul. Sin embargo, el nuevo rey, muy amigo de su padre difunto, Jonatán, busca descendientes de su familia y localiza a Mefi-Boste. Para el paradigma social de la época, a este lisiado, le correspondía la puerta del templo y el puesto de limosnas. Pero para David, el nuevo rey, este hombre representaba a la familia de su gran amigo y por tanto, tenía un valor superior al que le asignaba la gente en ese entonces.
Felizmente, Mefi Boset, cayó en buenas manos, manos de misericordia de un hombre que primero la recibió de Dios mismo.
Viene a mi mente una antigua historia que me contaron hace tiempo:

Un obrero de una fábrica y su esposa estaban emocionados cuando, después de muchos años de matrimonio, descubrieron que iban a tener su primer hijo. El hombre dio las buenas noticias con entusiasmo a sus compañeros de trabajo. Les dijo que Dios había contestado sus oraciones. Pero ellos se rieron de él porque dijo que había pedido a Dios un hijo.
Cuando el bebé nació le diagnosticaron el síndrome de Down. El padre iba de camino al trabajo por primera vez después del nacimiento del bebé y se preguntaba cómo iba a enfrentar a sus compañeros de trabajo.
«Señor, por favor dame sabiduría» --oró. Tal como temía, algunos dijeron en tono de burla: «¡Así que Dios te dio este hijo!» El nuevo papá pidió a Dios en silencio que le ayudara. Al final dijo:
«Me alegro de que Dios me haya dado este niño a mí y no a ustedes.»

Así como este hombre aceptó a su hijo diferente como un regalo de Dios para él, así el rey David se complació en mostrar amabilidad al nieto de Saúl, el cual era «lisiado de ambos pies».
Algunos pueden haber rechazado a Mefi-boset porque era lisiado, pero la acción de David mostró que él lo valoraba.
A los ojos de Dios, toda persona es importante. Dios envió a su Hijo unigénito a morir por nosotros. Espero que cada día recordemos con gratitud cuánto valora Él cada vida humana, porque para DIOS, TODO EL MUNDO ES VALIOSO.

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