King


Antes de empezar a escribir mis “Anclas”, tenía la intención de compartir algunas notas que daba a mis alumnos en la escuela secundaria sobre lecciones de la Biblia, con algunos amigos. En esos días pensaba si serviría para algo escribir notas bíblicas y si serían útiles para alguien. Pensando en esto, un día mis ojos se pararon sobre una frase que me contestó acerca de mi inquietud por compartir mi fe y mi Biblia:
“Si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano”
Esta frase pertenecía a Martin Luther King, nombre que seguramente habrán escuchado y que hoy les quiero presentar, por ser su pensamiento, parte inspiradora de estas notas que comparto con ustedes.
El 15 de enero se recuerda el aniversario de su nacimiento, ocurrido en 1929. Este hombre de raza negra es considerado como uno de los más influyentes dirigentes cristianos del mundo contemporáneo. Si bien fue Impulsor de los derechos civiles y además teólogo, se presentaba a sí mismo como “un cristiano tratando de salvar el alma de su nación”.
Pero su legado e influencia fueron mucho más lejos de los Estados Unidos y de su iglesia cristiana, lo que quedó demostrado con la obtención del Premio Nobel de la Paz en 1964. Su vida y pensamiento continúan siendo relevantes para todos los cristianos que tratan de hacer una diferencia en el mundo hoy. Su vida e influencia no se limitan a una raza, nacionalidad o religión. Fueron apropiados por muchas personas en diferentes partes del mundo, inspirando otras minorías y grupos sin representación que aplicaron los principios de desobediencia civil y resistencia no violenta a su propio contexto. King entendía a la pobreza como algo que no tenía justificación en nuestra sociedad, comparando su impacto moral a la crueldad del canibalismo. No sólo habló contra el racismo, también reclamó por la inmediata abolición de la pobreza.

En su famoso discurso pronunciado durante la marcha a Washington en defensa de los derechos civiles él dijo:
“Tengo un sueño que, un día, esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo. Sostenemos como verdades evidentes que todos los hombres nacen iguales. (...) Tengo un sueño de que mis cuatro hijitos un día vivirán en una nación donde no se les juzgará por el color de su piel, sino por su carácter... Esta es nuestra esperanza. (...) Con esta fe podremos, de una montaña de desesperación, labrar una piedra de esperanza. Con esta fe, podremos transformar el cencerreo discordante de nuestra nación en una hermosa sinfonía de hermandad. Con esta fe, podremos trabajar juntos, orar juntos, luchar juntos,(…) escalar en lo alto en busca de nuestra libertad, sabiendo que un día seremos libres".
A finales de marzo de 1968, Martin Luther King fue a Memphis (Tennessee) para apoyar a los basureros negros locales que estaban en huelga. A los afroamericanos se les pagaba menos y no se les pagaba cuando no podían trabajar por razones climatológicas, al contrario de lo que se hacía con los trabajadores blancos. En esos días paraba en el Motel Lorraine, y estando en el balcón recibió un disparo en la garganta por un segregacionista blanco que le quitó la vida.
En el sermón que predicó la noche anterior dijo:
“Tenemos días difíciles por delante. Pero realmente no me importa ahora, porque he estado en lo alto de la montaña. Como cualquier persona, me gustaría vivir una vida larga. Pero no estoy preocupado sobre ello ahora. Sólo quiero hacer la voluntad de Dios. Y él me ha permitido subir la montaña. He mirado más allá de la cima, y he visto la Tierra Prometida. Y estoy tan contento esta noche, no estoy preocupado por nada, no tengo miedo de ningún hombre. Mis ojos han visto la gloria de la venida del Señor”. Diez horas después, Luther King estaba muerto
Se le concedió a título póstumo la Medalla Presidencial de la Libertad por Jimmy Carter en 1977 y la Medalla de oro del congreso de los Estados Unidos en 2004. Desde 1986, el Martin Luther King Day es día festivo en los Estados Unidos.
La garra que este hombre mostró por sus convicciones, no delirantes, sino firmemente fundadas en los derechos humanos y la dignidad de todos por igual, fue el motor de lucha de muchos hombres y mujeres que hoy luchan para ver felices a todos los seres humanos sin distinción.
Seguramente, la lucha de King estuvo basada en el discurso que 20 siglos atrás, pronunciara su máximo maestro, Jesús, cuando dijo:
«Dichosos los pobres en espíritu, porque el reino de los cielos les pertenece. Dichosos los que lloran, porque serán consolados. Dichosos los humildes, porque recibirán la tierra como herencia. Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Dichosos los compasivos, porque serán tratados con compasión. Dichosos los de corazón limpio, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque el reino de los cielos les pertenece.
Mateo cap. 5

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