Hace 22 años que trabajo en la Escuela Evangélica Dr. Hotton, que ya cumplió 40 años de permanencia en la Cuidad de Zárate, Bs. As. Las escuelas evangélicas se fundan en el concepto de educación integral, es decir, intelectual y espiritual, basando esta ultima en las enseñanzas y mensaje de la Biblia.. Entonces van en estas líneas, mi humilde homenaje a quien fue el inspirador de este concepto educativo tan avanzado y notable para su época: Williams Morris..
Nació en Cambridge, Inglaterra el 16 de febrero de 1864. A los 4 años quedó huérfano de madre y a los 7 años viajó con su familia hacia Paraguay, instalándose, mas tarde, en Rosario y posteriormente en Buenos Aires.
Instalado en la Boca, fue pintor de brocha gorda y más tarde empleado de comercio. Visitando bibliotecas obreras y adquiriendo ediciones baratas terminó de aprender el idioma español. En la calle, las ferias y los cafés, tuvo oportunidad de aprender también el dialecto de las orillas, ése que hablaban los obreros de las curtiembres, los lavaderos de lana y los frigoríficos. En 1892 quiso compartir a otros lo que había aprendido e improvisó un aula en una humilde pieza del barrio de la Boca, alquilada con sus ahorros y equipada gracias a un préstamo de sus compañeros de trabajo. Bancos de cocina, una mesa de pino, pizarrón, tizas y mapamundi, lo estrictamente necesario. Luego, debió salir a buscar candidatos por el barrio de la Boca, chicos y muchachos que quisieran aprender a leer escribir y enseñarles La Biblia. Se acercaron algunos pero -como le pasaría siempre, a lo largo de su vida- los que llegaban tenían más necesidad de un plato de sopa o un tazón de leche que del abecedario.
Los pocos que se sentaron a comer con William Morris aquel mediodía de otoño de 1898, se transformaron en 200 al año siguiente y mil al llegar el fin de siglo. La escuela no sólo les enseñaba a leer y escribir; también a sonarse la nariz, a lavarse la cara y a saludar por las mañanas.
La receta de Morris no tenía misterio, y el inglés se la explicó al presidente Julio Argentino Roca el día que pudo entrevistarlo: "-¿Con qué hombres realiza usted su obra", le preguntó el general. "-Con los que encuentro", le respondió Morris.
En 1904 la inscripción alcanzó a 2696 alumnos. Se empleaban a algunos egresados y se repartieron libros, ropa y calzado brindándoles, simultáneamente, asistencia médica. Al año siguiente funcionaban 3 escuelas de varones, 2 de niñas y un jardín de infantes de ambos sexos, un instituto de telegrafía y escritura mecánica, un instituto de corte y confección y labores domésticas, un instituto industrial y de artes y oficios, y dos escuelas nocturnas. Ese año el número de inscriptos ascendió a 3096. En 1913 los beneficios de la obra alcanzaron a más de 5000 niños. El 29 de mayo de 1925 fundó el Hogar "El Alba" albergando a niños huérfanos y desamparados.
La rápida expansión y diversificación de las escuelas evangélicas habla de la impecable administración de fondos que hacía Morris, pero también de un importante déficit social y educativo que arrastraba la Buenos Aires de principios de siglo. Por eso, la crisis del 30, que combinó una terrible iliquidez empresaria con la mora en los subsidios acordados por la Municipalidad y por la Nación, fue un duro golpe a la obra del inglés de la valijita. Como en los viejos tiempos, el inglés decidió viajar a su madre patria y solicitar auxilio a las empresas británicas con filiales en la Argentina. Una conmovedora multitud de niños rescatados de la calle por el Hogar El Alba o por las veintidós escuelas creadas, llegó hasta Plaza Constitución para despedir el tren a La Plata, puerto donde el matrimonio Morris abordaría un paquebote hacia Inglaterra.
En 1932 el subsidio descendió y los gastos crecieron. Su salud comenzó a declinar y su enfermedad crecía día a día. El 15 de septiembre el fatigado corazón cesó su ritmo, pasando a descansar en la eterna morada que su Dios le tenía preparada..
Transcribo frases que Morris recitaba a sus docentes y que reflejan los conceptos de vida y obra que impulsaban su corazón:
“Díganme como son tratados los jóvenes de una nación y les diré cuál será el porvenir inmediato de ese pueblo”
“A la escuela no hay que ir de mala gana. Hay que sonreír a los alumnos. La dureza de rostro marchita y mata. Para estar alegre en clase, basta con amar a los alumnos, pero con sinceridad”
“Un docente debe esparcir contento. El alumno debe querer estar con su maestro. Que no le tenga miedo”
“Cuando un maestro deja de aprender, debe también dejar de enseñar. No importa cuáles sean sus conocimientos. Es incapaz de dirigir y conducir a los demás cuando en él ha muerto el espíritu del estudio”
"Con toda seguridad, los hombres y las mujeres que en todas partes del mundo se ocupan en cuidar y mejorar la vida de la niñez están haciendo la mayor y la más valiosa contribución al bienestar humano y al verdadero progreso de los pueblos: el haber de una nación, cuyo valor puede progresar hasta lo indecible, es su niñez."
“PASARÉ POR ESTE MUNDO UNA SOLA VEZ, SI HAY ALGUNA PALABRA BONDADOSA QUE YO PUEDA PRONUNCIAR, ALGUNA NOBLE ACCIÓN QUE YO PUEDA EFECTUAR, DIGA YO ESA PALABRA, HAGA YO ESA ACCIÓN AHORA, PUES NO PASARÉ MÁS POR AQUÍ”
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