A los 18 años y al borde del suicidio se internó en un hospital psiquiátrico. Ahí se dio cuenta que ayudando a sus compañeros encuentra un propósito en la vida y se gana el apodo de "Patch" ("Parche"). Entonces decidió convertirse en médico inscribiéndose en la Universidad de Virginia. Al obtener su título comenzó una tarea gigantesca como payamédico, obra conocida mundialmente
Durante el tiempo en que Patch estuvo en el hospicio tuvo una experiencia increíble que marcaría su vida para siempre. Estaba recluido en el mismo lugar un científico brillante, y aparentemente no tenia lógica de que una mente como aquellas se encontrara en un lugar tan deprimente. Un día el científico puso su mano delante de la cara de Patch, con cuatro dedos extendidos y le preguntó:
– ¿Cuántos dedos hay?
– Cuatro dedos señor- fue la respuesta de Patch.
– Te estás enfocando en el problema, así no podrás ver la solución! -Respondió
Luego le pidió a Adams que lo mire a los ojos, no a los dedos, entonces por el efecto de la visión periférica, desenfocada del objeto, su visión se duplicó.
– Busca ver más allá de los dedos, no te fijes en los “dedos”
Patch finalmente descubre la respuesta esperada y le dijo que ahora veía ocho dedos!
El paciente, regocijándose por la respuesta tan esperada, le aconsejó:
– Ve siempre lo que nadie más ve, ve lo que todos deciden no ver por temor, por conformidad, por pereza. Ve un mundo nuevo cada día!
De la charla con este hombre, Patch Adams descubrió que no debe observar solo un hecho circunstancial sino ver siempre más allá del problema, enfocar en la totalidad de las cosas, en todo lo demás que hay por delante.
Es un gran desafío para cada uno de nosotros en no enfocarnos en problemas temporales o eventuales, sino hacer una mirada más profunda o más larga, para apreciar otras cosas que no vemos inmediatamente.
Ahí descubriremos que hay muchas cosas que en primera instancia parecen contrarias o desagradables, pero detrás de ellas, vislumbramos oportunidades y escenarios que pueden cambiarnos la perspectiva de la vida.
Dios nos invita a tomarnos de su mano y a mirar “más allá del problema” y a descubrir más cosas de las pocas y pobres que vemos.
En cada conflicto, en cada crisis, en cada coyuntura, podemos sacar beneficios para nuestra vida y para la de los que nos rodean
“Todo esto es por el bien de ustedes, para que la gracia que está alcanzando a más y más personas haga abundar la acción de gracias para la gloria de Dios. Por tanto, no nos desanimamos. Al contrario, aunque por fuera nos vamos desgastando, por dentro nos vamos renovando día tras día. Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento. Así que no nos fijamos en lo visible sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno.”
San Pablo a los Corintios, segunda carta cap. 4
“…despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. Así, pues, consideren a aquel que perseveró frente a tanta oposición por parte de los pecadores, para que no se cansen ni pierdan el ánimo.”
Carta a los Hebreos cap. 12
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