Abuelos


“Los abuelitos son los papás de mis papitos, nos quieren como a sus hijitos pero nos consienten más” afirma la letra de una canción infantil. Ah, los abuelos ! Esos seres tan extraños, mezcla de adultos, niños y aventureros, cómplices de nuestros chocolates prohibidos y confesores de nuestras travesuras.
También son los que nos cuentan historias increíbles, nos hablan de sus trabajos, servicio militar, viajes y otras cosas (¿Donde guardan tantos recuerdos?)
Antiguamente, cuando no había tantas cosas para entretenerse, una escena natural un día de lluvia en una casa era encontrar al abuelo o abuela contando su infancia o la infancia de su hijo a sus nietos sentados en círculo en la cocina.

Muchos son también los abuelos que ayudan a los niños en los deberes escolares, sobre todo al principio. Incluso con esa increíble facilidad que tienen para contar historias, los pequeños obtienen valiosos conocimientos y valores. En muchas ocasiones, el futuro profesional o la elección de una carrera, se ve influenciada por las aficiones o actividades que inculcaron a los niños sus mayores, entre ellos sus abuelos.
La Biblia habla de muchos abuelos y abuelas, malos y buenos. Algunos de ellos, cuando conocieron a Dios, se esmeraron en que sus descendientes lo conociesen también. Nabucodonosor, emperador de Babilonia fue un abuelo notable también. Cuando cayó en la cuenta que Dios era el soberano del Universo, lo dio a conocer a todo su imperio y decretó adoración única a Jehová. Pero no pasó así con su nieto Belsasar, que por desoír los consejos de su abuelo, cayó su imperio y pasó a manos de los persas.
Hay una abuela ilustre, Loida, quien contó de su fe en Dios a su hija Eunice y ésta a su hijo Timoteo. Gracias a esa educación recibida desde su abuela, llegó a ser un colaborador importante de San Pablo.. ( 2da. Timoteo 1.5)
Tal vez tengas una abuela o abuelo; si es así respetalos, escuchalos y teneles paciencia, si están sordos, si repiten las cosas o se las olvidan. Un día serás como ellos y necesitarás que alguien te cuide, te escuche o te atienda.
Un antiguo libro de la Biblia, Levítico en su cap. 19.32 dice: Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano“ .Esto hace alusión a el respeto y honra que merecen aquellos que han vivido mucho más que nosotros.
¿Cuanto hace que no le decís a tu abuelo “Te quiero “ o “Gracias por lo que sos “ ? y si no tenés abuelo, seguramente habrá cerca tuyo algún anciano que tratás como tal
Honremos a nuestros mayores y respetémoslos ya que nos abrieron camino en muchas cosas que hoy disfrutamos.
Esta lista de bienaventuranzas son buenas para realzar la figura de nuestros ancianos, leela con detenimiento


Bienaventuranzas de la 3ª edad.
Benditos los que son capaces de comprender que me tiembla el pulso y que mis pasos son lentos y vacilantes.
Benditos los que se acuerdan de que mis oídos ya no oyen bien y que a veces no entiendo todo.
Benditos los que saben que mis ojos ya no ven bien, y no se impacientan si se me cae algo de la mano y se rompe.
Benditos los que no se avergüenzan de mi torpeza al comer y me hacen un lugar en la mesa familiar.
Benditos los que me escuchan aunque les cuente mil veces el mismo cuento, o los mismos recuerdos de mi juventud.
Benditos los que no me hacen sentir de más y me demuestran su afecto con delicadeza y respeto.
Benditos los que encuentran tiempo para estar a mi lado y enjugar mis lágrimas.
Benditos los que me tiendan su mano cuando me llegue la noche y deba presentarme ante Dios.

1 comentario:

Anónimo dijo...

me parece muy bueno, este tema y como este deberian haber mas, sobretodo ahora que casi se ha perdido el respeto a los padres y aun mas a los abuelos. Gracias y Bendiciones