Disfruta tu café


Vivimos días muy extraños, donde lo que menos hacemos es disfrutar, sonreír y estar contentos. Esta historia, tal vez nos ayude a pensar en nuestra propia conducta y ánimo, muchas veces trastornado por el entorno en que vivimos.
Un grupo de profesionales, todos triunfadores en sus respectivas carreras, se juntó para visitar a su antiguo profesor. Reunidos en la casa del docente, mientras todos esperaban a que él venga con café para amenizar la charla, la misma se inundó de quejas, acerca del interminable 'stress', que les producía el trabajo y la vida en general.
El profesor regresó de la cocina con una cafetera grande y una selección de tazas de lo más variada: de porcelana, plástico, vidrio, cristal, unas sencillas y baratas, otras decoradas, unas caras, otras realmente exquisitas.
Tranquilamente les dijo que escogieran una taza y se sirvieran un poco del café, recién reparado.
Cuando lo hubieron hecho, el viejo maestro aclaró su garganta y con mucha calma y paciencia se dirigió al grupo:
-Se habrán dado cuenta de que las tazas más lindas se terminaron primero y quedaron pocas, de las más sencillas y baratas; lo que es natural, ya que cada persona prefiere, lo mejor para sí mismo. Esa es, realmente, la causa de muchos de sus problemas relativos... al 'stress'

Continuó diciendo: 'Les aseguro que la taza no le añadió calidad al café. La verdad es que la taza solamente disfraza o reviste lo que bebemos. Lo que ustedes querían era el café, no la taza, pero instintivamente buscaron las mejores. Después se pusieron a mirar... las tazas, de los demás.
Ahora, continuó el profesor, pensemos en esto: La vida es el café. Los trabajos, el dinero, la
posición social, etc. son meras tazas, que le dan forma y soporte a la vida y el tipo de taza que tengamos... no define ni cambia realmente... la calidad de vida que llevemos.
Con frecuencia, por concentrarnos sólo en la taza... dejamos de disfrutar el café.
La gente más feliz no es la que tiene lo mejor de todo, ¡sino la que hace lo mejor, con lo que tiene! ¡ La persona más rica no es la que tiene más, sino la que necesita menos!

En Romanos 12.9-21 el Apóstol Pablo dice: “El amor debe ser sincero. Aborrezcan el mal; aférrense al bien. Ámense los unos a los otros con amor fraternal, respetándose y honrándose mutuamente. Nunca dejen de ser diligentes; antes bien, sirvan al Señor con el fervor que da el Espíritu. Alégrense en la esperanza, muestren paciencia en el sufrimiento, perseveren en la oración. Ayuden a los hermanos necesitados. Practiquen la hospitalidad. Bendigan a quienes los persigan; bendigan y no maldigan. Alégrense con los que están alegres; lloren con los que lloran. Vivan en armonía los unos con los otros. No sean arrogantes, sino háganse solidarios con los humildes. No se crean los únicos que saben. No paguen a nadie mal por mal. Procuren hacer lo bueno delante de todos. Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos.

El Señor Jesús dijo: "El ladrón sólo viene para robar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia." Juan 10:10

Si esta breve historia te hizo pensar, quise añadirle los textos bíblicos de más arriba, que completan un pensamiento general: Solemos no disfrutar de la vida, porque nos centramos en el medio y no en el fin.
Claro, disfrutar la vida es una tarea que conlleva el valorizar lo que tenemos. Pero el escenario social que nos rodea, no nos deja ver muchas veces ese valor “invisible a los ojos” y fijamos la mirada en lo efímero.
Dios puede ayudarnos a revalorizar lo poco o mucho que tengamos. El hace que cada persona encuentre todo lo que necesita para vivir feliz, cualquiera sea su situación.
Para eso, primero hay que ponerse en paz con el, volver nuestra mirada a nuestro Creador y Salvador y rendirle nuestra vida. Llegamos a el , a través de Jesucristo, quien dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida y el que quiera llegar a Dios, debe hacerlo a través mío.
Jesucristo está esperando que le des tu corazón y el te permitirá gustar del sabor del café y no tanto el brillo de la taza…

Con cordiales saludos

Carlos

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