El viaje

Nuestra vida se parece a un viaje con etapas naturales, como la niñez, la juventud y la vejez y con etapas especiales que nosotros mismos nos imponemos. A ellas arribamos después de un tiempo donde la ansiedad, el miedo a lo desconocido y la impaciencia hicieron su trabajo.
Descubrimos entonces que por causa de estas sensaciones tan humanas y tan frecuentes en nosotros y por querer alcanzar esas metas, perdemos de vista el placer de viajar, la dicha de estar vivos y sentir el viento fresco en nuestro rostro mientras marchamos.
Muchas de esas metas que nos imponemos en la vida son cosas inalcanzables que generalmente tienden a hacernos sentir cucarachas…:

"Cuando cumpla los dieciocho."
"Cuando compre un Mercedes Benz."
"Cuando se hayan recibido mis hijos."
"Cuando pague la casa".
"Cuando consiga un ascenso.".
"Cuando me jubile…
¡Qué Feliz voy a ser por el resto de mi vida!.

COMPROMISO

El político, entusiasmado en su discurso al pequeño pueblo del interior, del que quería obtener sus votos, expresó: “Si ganamos, me comprometo a hacerles el puente”. Por lo bajo un asesor le acotó: “No tienen rio acá”, a lo que el candidato agregó con voz fuerte: “Y también le vamos a hacer el rio”.
¡Ah, los compromisos asumidos!, ¡qué materia aplazada en la cultura nacional…!
“Lo prometido es deuda” decía mi abuela, y su ética siempre fue admirable, si la comparo con la que hoy observo en mi país.
Compromiso, la palabra está formada por tres elementos: el prefijo com, el segundo prefijo pro, y el verbo mitto, míttere, misi, missum. De aquí formaron los latinos el verbo promíttere (prometer) y el verbo compromíttere, que tenía un significado bastante más riguroso que el actual.
Compromíttere era prometerse mutuamente, por lo cual si no era mutuo, no había compromiso. Los romanos inventaron este verbo para referirse en especial al compromiso de aceptar las dos partes en litigio el arbitraje de un tercero.
Compromissum era un convenio, es decir un acuerdo de ambas partes. Pero debieron ser muchos los compromisos que no se cumplían, porque la palabra se extendió en su uso para referirse a compromisos unilaterales en que sólo uno se comprometía. Incluso está vigente el valor de inconveniente “no me vayas a poner en un compromiso”, “esto es muy comprometedor”, “no me comprometas”…
Sin embargo, todavía sigue con toda su integridad semántica el compromiso matrimonial y los compromisos multilaterales de orden económico o político.

Gracia y Paz

Todas las cartas que escribió el Apóstol Pablo en la Biblia, comienzan con este saludo, que es un exquisito deseo del corazón: "Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo, les concedan gracia y paz". Estas dos palabras, gracia y paz están cargadas de significado y de valor para los seres humanos. Veámoslo.
Primero aparece la gracia, término tiene varios sentidos: uno de ellos es encanto o atracción.
La gente dice !Que gracia tiene dicha persona!!Me ha caído en gracia! . También significa agradecimiento: que es una señal de gratitud. Y finalmente favor: esta es la típica expresión de la gracia.
La gracia es, en términos cotidianos, recibir algo que no esperábamos o merecíamos. Es obtener ayuda sin pedirla, amor sin reclamarlo, compasión sin ver la necesidad.