Comida en el cielo


Un hombre soñó que llegó al cielo y estaba asombrado de la belleza del lugar. Le pidió entonces a un ángel que le permitiera ver de lejos el infierno, para así poder apreciar aun más su buen destino y el ángel se lo permitió.
En el infierno vio una larga mesa que iba más allá de su vista. Estaba cubierta de las más deliciosas y variadas comidas que el hombre hubiera jamás imaginado.
Sin embargo, todos los que estaban sentados alrededor de la mesa se morían de hambre.
-¿ Por qué no comen? -le preguntó el hombre al ángel

El poder de la oración

Una mujer pobremente vestida y con una expresión de derrota en el rostro, entro en una despensa del barrio. Se acercó al dueño y de una forma muy humilde le preguntó si podía darle crédito para llevar algunas mercaderías. Hablando suavemente, explico que su marido estaba muy enfermo y no podía trabajar, que tenían 7 hijos, y que necesitaban comida.
El almacenero, la miró con desprecio y le pidió que saliera de la despensa. Pensando en las necesidades de su familia, la mujer le dijo: "Por favor señor, le traeré el dinero tan pronto como pueda". El almacenero le dijo que no podía darle crédito.

Abuelos


“Los abuelitos son los papás de mis papitos, nos quieren como a sus hijitos pero nos consienten más” afirma la letra de una canción infantil. Ah, los abuelos ! Esos seres tan extraños, mezcla de adultos, niños y aventureros, cómplices de nuestros chocolates prohibidos y confesores de nuestras travesuras.
También son los que nos cuentan historias increíbles, nos hablan de sus trabajos, servicio militar, viajes y otras cosas (¿Donde guardan tantos recuerdos?)
Antiguamente, cuando no había tantas cosas para entretenerse, una escena natural un día de lluvia en una casa era encontrar al abuelo o abuela contando su infancia o la infancia de su hijo a sus nietos sentados en círculo en la cocina.